martes, 4 de septiembre de 2012

No es sabrosa (César Zumel)

Se trata de un ejercicio de armonía, que combina dos partes bien claras. La primera parte intenta seguir la armonía clásica, a modo de coral. La segunta parte busca acordes más modernos, con disonancias y una voz solista.

El texto es una de las cosas más importantes de esta obra. Se trata de afirmar que lo más importante es precisamente el texto y lo que éste quiere decir. Es un soneto de Gutierre de Cetina.

En la parte del coral hay cuatro frases. La tonalidad de la obra es la menor. Los cuatro calderones del coral descansan en la menor, do mayor, do mayor y la menor sexta. Es precisamente este último calderón el que invita a la segunda parte.

La primera frase presenta el tema de una forma neutra “No es sabrosa la música ni es buena”. En la frase “aunque se cante bien señora mía”, el silencio del compás 4 enfatiza a quién se canta esta música.

El enfado se asocia a un acorde de fa menor para destacar el enfado y la tristeza.

Segunda parte para solista y coro, descansa en cinco calderones. En el primer compás aparece la voz de soprano solista. A medida que nos acercamos al final, aparece el divisi de mujeres y el de hombres, para terminar a seis voces de coro más la solista.

La estructura es una escala descendente sobre el bajo desde la hasta do.

Los calderones de la segunda parte corresponden a la menor séptima, sol menor séptima, acorde suma do mayor y fa mayor, mi menor sexta, y termina en un cluster desplegado formado en do mayor segunda y séptima.

La idea general de la interpretación es majestuoso para el coral, y melancólico para la segunda parte.

Y aquí está la partitura:

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