sábado, 18 de junio de 2016

Tres sonetos para D. Quijote (Estreno Coro de la Universidad de Burgos, dir. Daniel de la Puente)

Tres sonetos para D. Quijote... a modo de epitafios.

El 20 de Noviembre de 2015 se convocó el I Concurso Nacional de Composición Coral de la Universidad de Burgos.
Se trataba de conmemorar el Cuarto Centenario de Miguel de Cervantes. La intención era encontrar obras de alta exigencia artística y a la vez adaptada a coros amateur. En la propia convocatoria se podía leer la fecha de los estrenos, el formato del concierto, el resto de obras. Este pequeño detalle da idea de la capacidad de previsión y de organización tanto del Coro como de la Universidad.
Una de las bases era la duración, menor de cinco minutos, y se daba la opción de que fuera una obra completa, o un díptico o tríptico, siempre dentro de la duración máxima.

EL TEXTO
Lo habitual es tomar como texto una poesía. El motivo es claro, tiene cierta música. Pero salvo en aquéllos casos en los que queramos disponer de estrofas, un texto en prosa podría ser suficiente. Para este caso elegí poesía. Dentro de la poesía que recoge D. Quijote, hay varios sonetos.
El primer problema era elegir sonetos que todavía no tuvieran música para coro. En este sentido quedaron fuera los elegidos por Rodolfo Halfter. Desde un primer momento me gustó el diálogo entre Rocinante y Babieca. Será pues este el eje de la obra y donde se orienta su música.
La idea de los epitafios también era interesante, pero no debía ser demasiado evidente porque la intención no era hacer los tres epitafios. Por lo tanto el nombre de “Tres Sonetos a modo de epitafios”, cumplía estas dos condiciones iniciales.
Parecía obligado que los dos personajes humanos del D. Quijote fueran el protagonista y Sancho Panza. Además dentro de la oferta de sonetos, ellos quedaban muy bien descritos y tratados.
Finalmente el texto elegido fue el siguiente:
a)      D. Quijote. El Monicongo, académido de la Argamasilla, a la sepultura de D. Quijote.
b)      Sancho Panza. Gandalín, escudero de Amadís de Gaula, a Sancho Panza, escudero de D. Quijote.
c)       Rocinante. Diálogo entre Babieca y Rocinante

Atrás quedaron otros sonetos, muy importantes por su contenido y por sus posibilidades para cantar por un coro, pero este texto era ya suficiente, y no fue necesario utilizarlo al completo.

LA MÚSICA
Dentro de la música, en el plan de la obra traté varios aspectos.
El primero era la estructura. Era claro, tres, simetría ternaria. Tres llamadas de la misma duración, y armonía, pero dejando a Sancho la octava baja. Tres terminaciones similares. Y tres cuerpos básicos de duración similar.
El segundo aspecto era el espíritu, acompañado de una velocidad determinada. El primer soneto inicialmente lo pensé Moderado, el segundo Largo y el tercero Allegro. Luego tuvieron variaciones, pero el plan de la obra estaba claro.
Ahora veo una nota que decía: “Poner a Dulcinea de alguna forma”. Se ha de entender que soprano y contralto encarnan este papel, pero no me fue posible incluir ninguna referencia más explícita a Dulcinea.
El plan de la obra concluía con tonalidad, compás, tesituras mínima / máxima, partes leídas, fraseos,…
Una vez terminada la obra, su duración era excesiva, llegaba a seis minutos y medio lejos del máximo de cinco minutos. Fue necesario acondicionarla, retirar algo de texto y hacer más ágil la interpretación. El resultado final es satisfactorio, y seguramente mejor que el inicial.

EL ANÁLISIS MUSICAL
D. Quijote. Comienza con una llamada basada en una secuencia DO – fa – DO. Una vez presentada la obra comienza el soneto en 3/4 con únisono en el último tiempo del compás, lo que le da un aliciente extra al público. Al repetir la subfrase “a la Mancha” no sólo queda clara una de las palabras claves de El Quijote, sino que el coro queda en un cuasi unísono en do, que adivina una batalla músical intensa. Dicha batalla in crescendo llega hasta un tema repetido también en Sancho, “el jüicio que tuvo…”. Al repetir este fragmento consigo unir los dos sonetos, dando sensación de unidad a la obra.
La característica del primer soneto va a ser una pequeña fuga que comienza en el bajo, tiene el momento estelar cuando la contralto repite el sujeto acompañada de tenor y bajo.
Desde este momento una “retrofuga” nos lleva hasta el final, que con notas graves dice “Aquí yace D. Quijote”, y las dos últimas notas son unísono do. Este último compás muestra la soledad del cementerio donde D. Quijote yacía.
Sancho Panza. La llamada de Sancho es muy distinta. De entrada el bajo tiene la primera inversión del acorde. La soprano tiene una nota en el registro grave. Para conseguir el mismo acorde de fa menor el tenor tiene divisi, pero la contralto aporta un matiz bien diferenciador. Se trata de un acorde de fa menor sexta. Este es Sancho, casi como su amo pero con muchos matices muy distintos. La terminación de la llamada tiene doble nota para el tenor y nota de paso para contralto. Sancho, decididamente es muy distinto. El tema principal de Sancho es una melodía muy cantarina, muy terrenal. Tras la canción viene el tema “Ya la azada…” que es similar a D. Quijote y que busca afinidad entre sonetos (en aquél caso “el juicio…”). “Envidio a tu jumento…” inicia una frase larga, muy larga, sólo apta para coros entrenados en respiración alterna, sin ceder nada de intensidad, para llegar finalmente a “la providencia ¡Oh Sancho”. Sancho ha comenzado de forma discreta pero ha terminado su soneto en un acorde bien amplio, con disonancia de tenores, pleno. ¿Será Sancho el personaje más admirado del Quijote?

Rocinante. La llamada es la misma que para D. Quijote. El público reconocerá este fragmento y se preparará para seguir escuchando el mismo tipo de música que hasta ahora. Sin embargo la diferencia de texto me llega a otro tipo de música, más descriptiva, con más naturaleza, y como dije al inicio, éste es el soneto raíz de toda la obra. En este caso el texto es el diálogo entre Babieca y Rocinante. Rocinante aparece como un caballo exhausto, delgado, que no tiene fuerzas casi para andar. Sin embargo Babieca es todo lo contrario, fuerte, robusto, lleno de energía, que tiene que pararse para esperar a Rocinante, que anda más despacio, y además le hace preguntas a Rocinante. Diferencio a ambos caballos con la articulación. Rocinante caminará al paso y Babieca al trote. El efecto de Rocinante lo consigo desplazando en cada voz una corchea. El efecto en Babieca lo consigo con semicorcheas. El texto de Babieca por si no fuera poco dice “toc to-co-toc”. La armonía en este caso pasa a un segundo plano de intensidad y se vuelve más renacentista para dejar que se produzca la conexión música, texto, y efecto sonoro.
La última idea musical consiste en una texto leído “¡Aquí yace el único ser cuerdo!” que hace salir al público de lo que había oído hasta ahora, el diálogo entre caballos, paso y trote. Una vez que el público ha salido de ese diálogo y parece que la obra ha terminado, aparece una secuencia absolutamente conclusiva Sol mayor, re menor, La 7 y finalmente RE mayor. Termina así, en un acorde cerrado, grave para soprano, contralto y tenor, para indicar que este también era un epitafio.

EL ESTRENO
El día 16 de Junio, a las 20:15, el Coro de la Universidad de Burgos, ofreció el concierto “Letra y Música”, ambientado en el IV Centenario de Cervantes. El lugar elegido el Museo de Burgos (Casa Miranda), en el patio. La lluvia interrumpió el concierto, pero en realidad lo que consiguió fue que tanto coro como público se refugiaran en la parte cubierta del patio. De esta forma el sonido cambió por dos motivos. El primero por la humedad y el sonido de fondo que supone escuchar el goteo de la lluvia. Algo que no está en la partitura y sin embargo le aportó una sensación desconocida hasta ese momento.
El segundo motivo fue la acústica. El hecho de cantar en una “nave” de menor altura (aproximadamente 6 m), provocó que el sonido saliera del coro más mezclado. Cuando la situación del coro era en el patio, todo el público formaba parte de la caja de resonancia. Son dos formas distintas de generarse el sonido y lo vimos bien claro.
Al Coro se le vio entregado, con mucha ilusión por mostrar el trabajo de seis meses. La dirección artística por Daniel de a Puente fue el espejo perfecto donde se vio al coro. Existió conexión, comunicación, estuvieron identificados, y de esa forma la música gana. Tambiense les vio con la responsabilidad de tener presentes a los tres compositores de los tres estrenos (un encargo y los dos premios). Y también sintiéndose observados por el momento histórico que suponía el hecho de haber convocado un concurso y haber sido ellos mismos el jurado. El compromiso de la UBU con la música coral empieza a ser algo más que un simple deseo y está cristalizando en algo sólido y sostenible en el tiempo. La dirección artística por Daniel de la Puente es el vehículo ideal para canalizar las ideas de unos y los medios de otros. En esta colaboración bien podríamos incluir (entre otros), la participación en el Congreso Eucharistia, el homenaje a Angel Bravo, los cursos de Dirección de Coros, actividades en las que de una forma o de otra he participado. El formato combinado con el actor declamando texto dio unidad al acto.
La interpretación de Tres Sonetos fue buena. El coro se había identificado con la idea del tres. Es un número del que se podría hablar mucho, pero a nivel de música supone equilibrio. El equilibrio del coro lo consiguió con la colocación de las voces, con los bajos detrás del coro, tenores detrás de soprano y contralto en paralelo a estas dos últimas. El equilibrio del texto bajo la forma soneto, ampliamente utilizada en poesía, y de la que, por ejemplo, Shakespeare escribió ciento cincuenta y cuatro.
La forma en que está construida la obra ayuda a dar pausa a la interpretación. Cada soneto comienza con una llamada. Cada soneto termina con un resumen. Sin embargo en el último soneto, a modo de resumen final, aparece una frase hablada que prepara al público para el aplauso final. La interpretación del coro conectó muy bien con el público y permitió seguir la interpretación y por la crítica, el público entendió el mensaje. Tres personajes, con aspectos en común, pero bien diferenciados. El Coro Universitario de Burgos, dirigido por Daniel de la Puente, consiguió explicar al público El Quijote, con sus tres personajes distintos, a través de “Tres sonetos para D. Quijote, a modo de epitafios”.

César Zumel
Burgos 18/6/2016